
Los mandatarios de Bolivia y Rusia cerraron alianzas para la explotación de litio, desarrollo de la agricultura, seguridad e incluso de cooperación entre academias diplomáticas.
Pero lo más llamativo de la serie de documentos firmados por ambos líderes son los referidos al proyecto nuclear que los rusos llevan adelante en territorio boliviano.
Se trata de un complejo para desarrollar tecnología basada en energía atómica para fines medicinales, agroindustriales y de investigación en la ciudad boliviana de El Alto, vecina de La Paz y a más de 4.000 sobre el nivel del mar.